Si nuestros abuelos levantaran la cabeza se quedarían estupefactos observando el avance tecnológico que ha experimentado la sociedad en los últimos 50 años.
Estableciendo una comparativa con otros períodos cronológicos de profunda transformación sucedidos a lo largo de la historia contemporánea, este avance podría equipararse al impacto producido por la Revolución Industrial del siglo XIX que devino en un súbito despertar de la sociedad de aquel entonces cuya situación económico-social difería mucho de la que llevamos viviendo desde hace unas cuantas décadas.
Así es, este avance representa una segunda revolución industrial de características y dimensiones desorbitadas, velocidad meteórica y dirección impredecibles.
Sin identificar como precursores exclusivos a los “habitantes” de la región de Silicon Valley (Valle del Silicio) ubicada en el norte de California que aloja muchas de las mayores corporaciones de tecnología del mundo y miles de empresas en formación (start-ups) que supuestamente, habrían realizado con anterioridad diversos experimentos tecnológicos, es a partir de los años sesenta dónde se sitúa el inicio de la veloz carrera de las nuevas tecnologías y su aplicación a cualquier ámbito de nuestra vida y hábitos diarios.
Era impensable imaginar que años más tarde podríamos llegar a comunicarnos, enviar, recibir y obtener información de forma inteligente e independiente casi sin saber cómo se produce este “milagro” gracias a los actuales y súper avanzados dispositivos que realizan multifunciones en tiempo récord cuando por entonces eficientes señoritas telefonistas amenazaban con volverse locas con el frenético manejo de decenas de cables conectores de las terminales telefónicas en forma de mueble-escritorio que tenían como objetivo establecer la comunicación entre dos usuarios situados en distintos puntos geográficos a cuyo destinatario receptor se solicitaba previamente la aceptación de la llamada del emisor. A través de kilómetros y kilómetros de cableado minutos más tarde el interlocutor oía tras descolgar el auricular: “Casa de los señores Johnson” y quién contestaba era la hija mayor de la familia. ¡Quizá sólo se tratase del coloquial protocolo telefónico de la época!
Así que claro, a lo que iba… ¿qué pensarían nuestros abuelos si volvieran a darse un paseo por aquí y viesen que…?
En cuanto a la temática de la Salud, hoy no necesitamos acudir en persona a la consulta de nuestro médico de familia cuando entonces era indispensable o eran los facultativos los que se desplazaban a realizar sus visitas a domicilio, algo reservado generalmente a las clases más pudientes.
Podemos disponer de una App exclusiva de nuestro centro de salud que nos permite consultar dudas, obtener información sobre el resultado de pruebas médicas, pedir cita para atención personalizada o establecer una videoconferencia con nuestro profesional médico, algunos servicios como este último, están reservados a centros médicos privados. Hay cosas que de momento no han cambiado.
Controlar, observar y mantener nuestra salud en perfecto estado es algo que nos preocupa, pues bien, disponemos de Apps de medición de funciones cardíacas por ejemplo, que reaccionan frente a alteraciones inusuales durante el estado normal de reposo del organismo o cuando nos encontramos realizando una actividad deportiva.
Todo ello estés o no activo, pues dispones también de la posibilidad de medir y observar la calidad de tu sueño programando una aplicación en tu dispositivo móvil que registrará metódicamente los picos de reacción para detectar cualquier anomalía que pueda ser tratada con antelación.
Ahora bien, si lo que quieres es evitarte las colas de espera en un organismo oficial no tienes más que solicitar tu cita a través de la red si quieres realizar la gestión personalmente o si lo prefieres, puedes realizar los mismos trámites a través de los portales que cada día los organismos están habilitando incrementando su radio de acción.
Igualmente, no quieres colas en tu entidad bancaria, no hay problema, dispones de otra aplicación específica personal que te permitirá gestionar tu cuenta bancaria, recibos, nómina, resultándote casi casi divertido según cuentan los anuncios televisivos:
“¡Firmar una orden de transferencia en pijama también tiene su encanto!”
Esas zapatillas de moda que te encantan las quieres para salir este sábado y en el comercio de tu ciudad no hay tu número. Veamos, tienda online, talla 39, color blanco y cordones negros. Selecciono el artículo, forma de pago PayPal que es un pago seguro y “Enter”. El viernes por la tarde me avisarán de mensajería para confirmar la entrega.
Hoy ha amanecido lloviendo y no te apetece nada salir para hacer la compra: ¡Eso es! Echas mano de tu aplicación y vas seleccionando los alimentos que necesitas para prepararte la comida, incluso si no tienes un día creativo es posible que te encuentres unas cuantas sugerencias muy seductoras para ayudarte a organizar tu menú. Luego, lo mejor, en el tiempo que decidas, lo tendrás en tu domicilio.
Pero ¿y si te pilla un día de invierno en la calle con un frío helador y te das cuenta de que se te olvidó encender la calefacción en tu casa? No pasa nada. Veamos, móvil, aplicación encendido calefacción, temperatura y programación. De regreso, hogar dulce hogar.
¿Y si lo que se te ha olvidado es activar el aspersor para regar tus hortalizas en tu huerto ecológico de ocio? Ajustes, Aplicaciones, Huerto y…ON.
¿Quieres conocer el amor de tu vida? Nada como entrar en contacto con millones y millones de personas registradas en portales donde podrás encontrar a tu media naranja.
Y como estos ejemplos de aplicaciones, tantas y tantas más, a cada cuál más útil.
Nuestros abuelos hace ya un buen rato que están boquiabiertos.
Hoy, hablando medio en broma medio en serio, si no quieres o no puedes, no necesitas salir de tu casa para realizar tus tareas cotidianas si dispones de conexión a la red.
Desde hace algunos años como te comentaba al principio, se nos han ido facilitando por automatización muchas de ellas y cada día aparecen más y más aplicaciones cuyo objetivo es obtener un resultado concreto en la mayor brevedad de tiempo posible.
A nuestros abuelos esta era tecnológica les limita para realizar algunas tareas y con razón, porque el cambio de operativa al que han estado acostumbrados toda su vida es notable y lo ven confirmado en la habilidad de sus nietos que han nacido en ella. Seguramente, recordarán con nostalgia aquellos mostradores de madera del “tendero de la esquina” que te servía 1 kg. de harina en una bolsa de papel de estraza.
Pero la evolución tecnológica funciona así, llegó hace tiempo para quedarse y seguir evolucionando más y más y lo que está muy claro como se dice coloquialmente, es que “o te mueves o no sales en la foto” y salir en la foto significa que contemples la oportunidad a la vez de la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías a tu negocio, a tu empresa, a tu promoción como profesional. Que estudies y evalúes cuáles son tus características, tus puntos fuertes para darles visibilidad, para potenciar tu negocio y obtener mayores y mejores resultados. Que descubras qué te distingue de los demás, porque por supuesto la visibilidad genera más competencia. Y una vez que tengas definido todo el mapa de tus objetivos, el siguiente paso es actuar.
Fotografía de cabecera tomada de, ysoraynis16.blogspot.com