DECORACIÓN DE UN EVENTO, BODAS DE ORO

Como individuos sociales desde los primeros tiempos hemos conmemorado de una u otra forma los momentos especiales de nuestra vida en forma de ofrenda o de agradecimiento participando en compañía de nuestros seres queridos más cercanos con el fin de que su recuerdo perdurase por siempre en nuestra memoria.

Si observamos la perspectiva actual, los actos conmemorativos y otras celebraciones tanto en su forma como contenido, han ido evolucionando en función de aspectos sociales, culturales y por supuesto económicos.

La multitud de posibilidades organizativas y decorativas que ofrece hoy en día la planificación de un evento define sus proporciones con un denominador común generalmente de índole económica que depende del objetivo que se desee alcanzar que no siempre está relacionado con la importancia del acto en sí, ni siquiera tratándose de acontecimientos que ocurren una sola vez en la vida como es la celebración de unas Bodas de Oro.  

La emoción que se vive en muchas ceremonias personales genera un ambiente tan cálido que la decoración del evento prácticamente se convierte en un elemento secundario destinado únicamente a realzar el espacio.

Recuerdo la alegría que me produjo que dos de mis clientas confiaran en mí para organizar un evento tan íntimo y especial para ellas y su familia, las Bodas de Oro de sus padres.

Veintisiete de octubre de 2013, había estado lloviendo torrencialmente durante la semana anterior. Sólo uno de los días asomó un leve rayo de sol que nos dio una tregua para realizar las primeras pruebas.

El lugar elegido tras varias de mis propuestas fue un hermoso Pazo con amplio espacio ajardinado al aire libre, el “Pazo da Golpelleira” en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra).

 

Espacio central ceremonia Bodas de Oro

 

El “plan” de mis clientas consistía en que se tratase de una ceremonia sorpresa para todos los participantes, ya que sus padres habían organizado por su cuenta un encuentro familiar.

Así, entre evasivas y medias palabras, sus padres acudirían a un acto desconociendo que serían los protagonistas.

Asesorados conjuntamente  por los empleados del Pazo elegimos los dos puntos estratégicos donde se ubicaría la decoración y la elección de dos carpas de color blanco que acogería las dos reuniones más importantes.

El primer momento de la ceremonia tendría lugar en un cruce de caminos de gravilla que con leve inclinación desembocarían en una enorme carpa en previsión desde luego de cualquier chaparrón.

 

Decoración carpa principal

 

Aquí tenemos la primera carpa. Podéis observar los caminos y el círculo central de gravilla de los que os hablaba. Todo el recorrido quedaría perfectamente “peinado” pues estaba muy removido por la lluvia de los últimos días.

 

Inicio decoración carpa principal

 

Esta sería la segunda carpa. En ella se dispondría el catering que se serviría tras la ceremonia, toma de fotografías y entrega de regalos de los invitados.

La mesa tiene dos revestimientos, el primero es un mantel de cretona blanca y encima, un mantel de raso color gris perla. Decidimos colocar un solo elemento decorativo acompañando el catering, una gran copa de cristal con agua y flores de Alegría en color naranja flotando.

 

Decoración segunda carpa para servicio de Catering

 

Sobre este plano podéis ver las pruebas para la disposición de los invitados que organizaríamos según el orden de participación en la ceremonia.

Para este espacio sencillo y elegante elegimos una mesa con dos bancos de piedra que después revestiríamos con manteles blancos de cretona para crear el altar desde dónde se leerían los votos. Las sillas decidimos colocarlas en forma de “U” rectangular para “romper” la demarcación del círculo central.

 

Decoración del altar

 

Los “novios” desconocían los planes de sus hijas así que debíamos establecer un recorrido para encaminarlos hacia esta carpa.

Siguiendo con el plan, los padres llegarían “a ciegas” acompañados por una de las hijas, mientras la otra recibiría a los tres junto al arco que abre el descenso por el camino principal. En este encuentro,  entregarían a su madre un bouquet de rosas naranjas y a su padre, le colocarían una rosa a juego con las del ramo en el ojal de la chaqueta de su traje.

 

Paseo hacia el altar

 

A partir de ese momento bajo este arco metálico adornado con enredadera, comenzaría su paseo hacia el altar mientras las hijas descenderían por los caminos laterales circundantes para recibirles y acomodarles.

 

Los novios caminando hacia el altar

 

Así comenzaba este acto con el estómago un poco encogido, como podéis ver la amenaza de lluvia cada vez era más evidente.

 

La lluvia amenazando la ceremonia

 

Para entonces ya se habían incorporado los invitados principales participantes de la ceremonia y los primeros acordes del arpa de Clara Pino, conocida arpista gallega, rasgaban el emotivo silencio mientras se esperaba la llegada de los novios.

 

Clara Pino amenizando la ceremonia

 

Alrededor del altar se habían colocado las sillas necesarias cubiertas con fundas blancas abrazadas por un lazo brocado en gris perla.

Sobre él, dos detalles puntuales: un atril antiguo hecho de filigranas de metal dorado para romper el blanco níveo del mantel que serviría de apoyo a los discursos escritos y una composición floral.

Para el adorno floral utilicé tres varas largas de calas blancas y una hoja de aspidistra que sumergí en un jarrón alto de cristal con agua y bolitas blancas de gelatina. Dos de las calas de pie a distintas alturas y la tercera que coloqué doblada asomando el tronco.

En la siguiente imagen se pueden apreciar mejor los detalles.

 

Elementos decorativos del altar

 

Para nivelar las alturas de la composición, utilicé tres pequeños tarritos de cristal y sumergí unos ramitos de la planta Alegría de color rosa.

Sobre las sillas había colocado copias de las letras de las canciones que Clara Pino interpretó durante la ceremonia.

En esta vista se puede apreciar la disposición de todos los elementos, incluido uno de los bancos, que también se revistió por si quienes realizaban las lecturas necesitaban utilizarlo pues el acto preveía ser muy emotivo.

 

Adorno floral y otros elementos decorativos

 

Una vez concluida la ceremonia, los invitados se desplazaron paseando por el maravilloso entorno ajardinado hasta llegar a la segunda carpa donde una vez pasados los nervios el día continuaría lleno de sorpresas durante y tras la comida.

Mientras permanecía atenta a lo que se necesitara de mí, compartí momentos llenos de amor y belleza inolvidables. Así comprendí lo que os comentaba al principio, en muchas ocasiones, cualquier elemento decorativo, “sólo” enriquece el momento.

Gracias por vuestra confianza en mí y… ¡Muchísimas felicidades!

 

Decoración y fotografía,  Esther González

 

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